Las restauradas campanas de Nuestra Señora de los Ángeles ya están en casa

Las campanas de la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles volvieron a sonar después de cinco meses, es el tiempo en el que han estado fuera de su hábitat, la histórica parroquia local. Los trabajos estuvieron en manos de la empresa Relojes y Campanas Monumentales.

Para celebrar la vuelta, las parroquias organizaron una cena fraternal que ha recaudado fondos para sufragar los gastos de los trabajos que han ascendido a 31.000 euros y que han recibido una aportación municipal de 6.000 euros por parte del Ayuntamiento, a través del convenio firmado hoy entre el alcalde Ramón Marí y el párroco local Engraci Bataller.

Una fiesta para celebrar la vuelta de las campanas

A finales de julio tuvo lugar la celebración del regreso de las cuatro campanas que coronan de nuevo la iglesia tras ser bendecidas por Engraci Bataller. El acto contó con la colaboración dels Mestres Campaners de València que dirigieron un concierto de campanas y donde se pudo apreciar la completa restauración que ha devuelto el sonido y la esencia de las campanas, siendo la más antigua de 1778.

Los trabajos eran necesarios puesto que se había detectado un importante desgaste desde que en los años 70 se produjo el proceso de automatización de los toques. Con la actuación se ha recuperado el sonido, brillo y color original, se han sustituido los yugos de hierro por unos de manera similares a los originales y se cambiaron los motores por unos eléctricos, que simulan toques manuales y que permitirán que sean tocadas de manera manual.

De las cuatro campanas que han sido restauradas la más grande se llama ‘Mare de Déu dels Àngels’ y fue fundida en 1778 por Bartolomé Borrás, tiene 98 centímetros de diámetro y pesa 550 kilos. ‘Santa Ana y santa Bárbara’ es por edad y tamaño la siguiente. Fue fundida por Ferrer en 1890 y tiene 82 centímetros de diámetro y un peso de 320 kilos. A ella le sigue la campana que lleva por nombre ‘Sant Josep y santa Teresa’, fundida en 1924 por los Hermanos Roses, tiene un diámetro de 70 centímetros y pesa 200 kilos. La más joven, con cerca de 100 kilos, es ‘Santa Juliana’, fundida por Salvador Manclús en 1987 y con un diámetro de 56 centímetros.

La Parroquia se concluyó en 1697, aunque posteriormente se añadieron los altares, la capilla del Sagrario, el nicho dedicado a la advocación titular y el campanario construido en 17333. Está declarado Bien de Relevancia Local e incluido en el Catálogo de Bienes y espacios Protegidos del Plan General de Albal, constituyendo uno de los elementos referenciales del patrimonio histórico-artístico de la localidad, «por lo que la restauración redunda en beneficio del municipio al contribuir a mejorar el patrimonio del mismo», remarca el primer edil.