Capillas reconvertidas en aulas y pasillos en comedores en la vuelta al cole

València, 26 ago (EFE).- Capillas, gimnasios y salones de actos reconvertidos en aulas, pasillos como comedores y dependencias municipales cedidas para dar clase, además de «espacios covid», reorganizan de forma «creativa» los centros educativos para una vuelta al cole marcada por las exigencia sanitarias.

Tampoco han escapado de convertirse en lugares para dar clase las bibliotecas, los laboratorios e incluso las salas de tecnología, obligados principalmente por los desdoblamientos de los grupos para garantizar la distancia de seguridad de metro y medio entre los alumnos.

Así lo explica a EFE la secretaria de Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana, que engloba a 300 colegios concertados, Vicenta Rodríguez, que incide en que «se ha buscado creatividad para que espacios que estaban muertos y no se utilizaban, o donde se acumulaban cosas como trastero, se utilicen como aulas».

Lo más habitual en los centros de educación pública y concertada ha sido que se reconviertan los espacios más grandes como bibliotecas, clases de música o gimnasios en aulas o comedores auxiliares y que sean «espacios covid» despachos o aulas de refuerzo diáfanas, cuentan a EFE fuentes de la Conselleria de Educación.

Pero también se han dado otras curiosidades como en el colegio Pío XII de València, donde la capilla será el curso 2020-21 un aula y el pasillo de acceso al comedor, una zona auxiliar para que puedan comer cumpliendo la distancia de seguridad.

Su director, Miguel Ángel Mora, detalla a EFE que la capilla ya se usaba como sala de reuniones y hay instalada una cortina que se cierra para que el altar y las imágenes queden detrás, por lo que «no ha sido necesario quitarlos», y añade que en las paredes hay «fotos, imágenes y cuadros, que no molestan».

«Hemos quitado las sillas de las reuniones y puesto sillas y pupitres», apunta para señalar que delante de la cortina pondrán la pizarra móvil y usará el cañón de proyecciones que también usan en las reuniones para reconvertir la capilla en un aula presencial para alumnos de Bachillerato.

El mayor problema ha sido dar cabida en el comedor a 700 alumnos con la distancia de seguridad adecuada, lo que les ha llevado a utilizar de comedor auxiliar un pasillo «muy grande» que da acceso al propio comedor porque la opción de comer en las aulas no le «convence», sobre todo por la logística y el garantizar la cadena de frío.

Explica que utilizarán como aulas para grupos de Bachillerato la biblioteca, el gimnasio o el salón de actos, que van a dividir con un «pequeño muro» elaborado con paneles de corcho aislante de sonido y calor que se usan en la construcción, mientras que el espacio covid será una de las aulas de refuerzo, «más pequeña y bastante diáfana».

Rodríguez, que es directora del colegio Santa María de València, explica que en su centro han organizado el salón de actos con «mesas y sillas» para poder dar clase, y que, ante la dificultad de utilizar las herramientas de tecnología, ese espacio servirá también como aula.

«Al tener que desdoblar los grupos de Primaria, hemos ocupado mucho espacio», subraya, a la par que incide en que las aulas de apoyo, más pequeñas, se usarán «para los grupos burbuja», los de las etapas educativas de los pequeños que van a convivir juntos.

Rodríguez añade que como espacio covid han destinado una antigua sala de visitas, que el gimnasio no se ha reconvertido por la falta de sonoridad y que, por ejemplo, en un centro educativo de Algemesí (Valencia), «un pasillo que acababa en un trastero se ha convertido en aula».

Asegura que han tenido que contratar «una media de dos profesores por centro en Primaria y otros en Secundaria, a media jornada o completa», y que el gasto que no tienen en monitores de comedor se usará para aumentar la limpieza pues «habrá que limpiar barandillas y aseos cada vez que suban y bajen al recreo».

Aunque en general los centros han reorganizado sus espacios, en algún caso han necesitado dependencias municipales, como en el Instituto Les Alfábegues de Bétera (Valencia), cuyos alumnos de Bachillerato darán clase por las mañanas en un edificio multiusos usado como sección de la Escuela Oficial de Idiomas, solo usado por las tardes.

En la provincia de Alicante, el CEIP La Inmaculada de Torrevieja llevará a sus 109 alumnos de 5º y 6º de Primaria a dar clases al conservatorio municipal, un edificio ya acabado pero que todavía no se había puesto en marcha, según la Conselleria de Educación.

Para ello, añaden estas fuentes, se habilitará un servicio de transporte escolar, al igual que en el CEIP Los Dolses de Orihuela, donde parte del ciclo de escolares de Infantil será trasladado para sus clases a una Escuela Municipal en desuso con seis aulas de 35 metros cuadrados. EFE