El centro de día de Albal para discapacitados intelectuales se abrirá a final de año

Más de ocho años después de finalizar su construcción, el centro de día de Albal abrirá por fin sus puertas a finales del próximo mes de diciembre, aunque con usuarios distintos a los previstos, ya que no atenderá a las personas mayores del municipio, como estaba previsto en un principio, sino a los discapacitados intelectuales de L’Horta Sud, en virtud de un convenio del ayuntamiento con la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Avapace), tal como avanzó ya este periódico en febrero de 2018.

Tres han sido los pasos decisivos realizados hasta llegar a este punto. El primero y principal, la firma del convenio entre el ayuntamiento y Avapace, en enero de este año, que llevó consigo ya la puesta en marcha, de forma provisional, de un servicio de atención temprana comarcal, subvencionado por la Generalitat Valenciana, en unos locales municipales. Y los dos siguientes, la solicitud por parte del ayuntamiento, a la Dirección General de Personas con Discapacidad y Promoción de la Autonomía Personal, de la autorización del centro de día de Albal para atender a discapacitados intelectuales, así como la aprobación del proyecto de reforma para la adecuación del edificio destinado a este nuevo uso, ambos en el pasado mes de julio.

La Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Avapace), que gestionará el centro de día de Albal, cedido por el ayuntamiento y destinado a atender a discapacitados intelectuales de la comarca, es una entidad sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública, formada por personas con parálisis cerebral junto a sus padres y madres, hermanos y demás familiares, así como profesionales y voluntarios. Se fundó en 1972 “para mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y a luchar por sus derechos fundamentales”. Esta asociación cuenta con un colegio de educación especial en Bétera y tres centros de día para adultos, uno también en Bétera, otro en Meliana y otro en València, y una residencia también en València.

Una obra pagada por la Generalitat
El centro de día de Albal, destinado en un principio a atender a las personas mayores en situación de dependencia residentes en la población, costó 1,6 millones de euros, pagados por la Generalitat Valenciana a través del llamado entonces Plan Confianza, y fue construido por la empresa Jofiba, SA, en una parcela de propiedad municipal de 1.549 m2, en la zona residencial cercana al paraje de la ermita de Santa Ana, junto al parque del Bosque Mediterráneo, de 32.000 m2, otra obra pagada también a través del citado plan de la Generalitat.

Posteriormente, dicho centro contó con una subvención de 100.000 euros de la Diputación de Valencia para su equipamiento interior y, una vez a punto, durante los años en que ha estado cerrado, desde el ayuntamiento se ha intentado su puesta en marcha sin conseguirlo, aunque siempre bajo el planteamiento de la privatización de su gestión. Finalmente, el centro abrirá sus puertas mediante la cesión a una asociación sin ánimo de lucro y su destino y adaptación a un uso diferente.

El edificio, totalmente equipado y amueblado, tiene una capacidad para 90 plazas y cuenta con un comedor, cocina y sala de estar con terraza exterior, espacios para gimnasia y rehabilitación, así como una sala de curas, despachos para consultas médicas y de psicólogo y aseos adaptados, si bien esta configuración cambiará ahora con la reforma y adecuación para el nuevo uso que se le va a dar.

 

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