El PSPV de Massamagrell propone que Centre Cultural pase a llamarse “Centre Cultural Joan Fuster i Ortells”

El alcalde de Massamagrell, Paco Gómez Laserna, y la concejala de Cultura, Araceli Munera Caballero, presentan una moción para renombrar el Centre Cultural de Massamagrell y que pase a llamarse “Centre Cultural Joan Fuster i Ortells” en nombre del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Massamagrell.

Después de ver cómo el concejal de VOX desvirtúa y contradice el sentido de la moción presentada en el pleno ordinario del mes de octubre, «el grupo socialista siente la necesidad de pronunciarse, ahora sí, con sentido político», explican en un comunicado.

«Nos parece una falta de respeto inmensa, tanto a Joan Fuster i Ortells como a Enrique Senent Sales, afirmar que el cambio de la calle suponía únicamente un aspecto geográfico y burocrático lejos de querer entrar en aspectos políticos y luego que tanto en redes sociales como en prensa, el concejal de VOX lance afirmaciones como que “Joan Fuster creador del concepto inventado de los países catalanes, autor referencia del catalanismo no merece una calle en ningún municipio valenciano. Pero en esta tierra los traidores tienen calles y los leales son olvidados”. Una vez más, la ultra derecha nos demuestra que no saben jugar limpio», explica el PSPV.

Los socialistas «también queremos resaltar que, como tantas veces se nos recuerda por todos los medios, partidos, e incluso a través de una moción de reprobación al Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Massamagrell, que el mismo está compuesto únicamente por las y los concejales del PSPV-PSOE, y que forman 5 de 17 concejales/as, lo cual es completamente insuficiente para aprobar una moción sin el apoyo del resto de grupos. Está cuestión ha hecho que este año, por ejemplo, el municipio de Massamagrell funcione con un presupuesto prorrogado, al votar Compromís en sentido negativo conjuntamente con el Partido Popular (partido con el que negocia abiertamente y sin pudor continuamente cualquier cuestión, como el IBI reconocido y publicado abiertamente) y que impide, por ejemplo, que se pueda comprar una placa para cambiar el nombre de una calle, sin el apoyo de una mayoría en el pleno, al suponer una inversión».

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