Fallas innovadoras. Jaime Alcayde, arquitecto.

Existe la posibilidad de integrar en nuestros recorridos falleros algo diferente, o incluso por qué no, crear un recorrido fallero alternativo que busque monumentos innovadores. Y es que más allá de la espectacularidad y el gran mérito artístico que sin duda tienen las fallas tradicionales, otras apuestan por replantear el concepto mismo de falla y convertirlo en una posibilidad de expresión artística alternativa.

Ya son unas cuantas comisiones las que desde hace años apuestan por este tipo de iniciativas en València. Una de las primeras fue la falla Mossen Sorell – Corona, que este año presenta con el lema ‘Ser’ una reflexión acerca de ser humano que el artista Miguel Hache convertirá en monumento, junto a Manolo Martín. Muy cerca, la falla Ripalda – Beneficencia (Ribesan) será erguida un año más por Giovanni Nardin, que seguro nos sorprenderá con la estructura titulada ‘Núvols’.
En el entorno del Botànic, contamos con dos comisiones innovadoras: la artista Anna Ruiz vuelve a plantar la falla Lepanto – Guillem de Castro, en la que dará a conocer ‘escenas’ de la vida cotidiana de un modo que todavía no sabemos; y la comisión de Borrull – Socorrs, que el año pasado nos sorprendió con una cúpula formada por sillas apiladas, construirá este año un iceberg con puertas recicladas que hablará de la perspectiva de género.

Otro clásico en este recorrido de fallas experimentales es la comisión de Castielfabib – Marqués de San Juan, en Campanar, donde este año vuelve uno de los artistas que más han experimentado con este género, el arquitecto Miguel Arraiz, con el lema ‘D’on no hi ha no es pot traure’. Una plataforma petrolífera cambiante de día y de noche, ejemplifica una reflexión acerca de si la identidad, los valores y la tradición se pueden vender a cambio de algo.
Se proponen algunas comisiones más con claras apuestas innovadoras, como la falla de La Punta (Jesús Morante – Caminot) o la infantil de la Plaza del Dr. Collado, donde el artista Ricard Balanzá nos sorprenderá con su particular lenguaje plástico. O las fallas de la Plaza del Patriarca, la Plaza de Jesús, o la comisión Els Somnis (La Vall d’Albaida – Canal de Navarrés), también con propuestas diferentes.

Y para cerrar el círculo de alternativas a las fallas tradicionales, no podemos dejar de hablar de la apuesta de este año por la falla municipal de la Plaza del Ayuntamiento. En la misma línea de lo que ocurrió en 2018 con el artista Okuda, ahora nos encontramos con una falla diseñada por un equipo de artistas urbanos de reconocimiento internacional : PichiAvo. En colaboración con los artistas Latorre y Sanz, levantarán un monumento donde una gran figura clásica femenina, convive con otras figuras realizadas en vareta y decoradas con impactantes grafitis. Además, un trenecito que se pondrá en marcha con un sistema de pedaleo del propio espectador, mostrará con distintas figuras las fases del ‘procés creatiu’, que es precisamente el lema de la falla.
Para entender bien el monumento, o quizá para indagar más en el concepto de ‘arte urbano’ que propone PichiAvo, es recomendable visitar la exposición ‘Eureka’ que le dedica el Centro del Carmen, donde entre otras cosas se muestra la maqueta de la falla municipal. Más allá de la polémica que ha suscitado la provocación de llenar de grafitis las paredes del claustro del s. XVI, es interesante ver cómo se pueden unir lo mitológico y lo contemporáneo, lo eterno del arte clásico y lo efímero del grafiti urbano. Pues ahí, entre esos dos mundos y en medio de esa polémica, también pueden estar las fallas.

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