Mislata pone en marcha una campaña contra el chicle

La ciudad de Mislata cuenta desde hoy en sus calles y plazas con unos recipientes redondos y de un vistoso colorido destinados a la recogida de chicles para su posterior reciclaje. En concreto, unas 50 unidades de estos depósitos para reciclar gomas de mascar se han instalado en puntos clave, como plazas, paseos y parques infantiles, así como en los alrededores de colegios y edificios públicos. De esta forma, Mislata se convierte en uno de los municipios pioneros de la provincia en poner en marcha este servicio.

Esta iniciativa del equipo de gobierno y de la empresa pública Nemasa forma parte de una nueva campaña municipal de carácter ambiental y sanitario bajo el título de “Ayúdanos a vencer el chicle”, y que han presentado esta mañana a pie de calle el alcalde, Carlos Fernández Bielsa, y la vicealcaldesa y concejala de Medio Ambiente, Mª Luisa Martínez Mora, acompañados del gerente de Nemasa, Fernando Díaz, y del personal de la empresa Gumy, quienes gestionan el servicio.

Bielsa ha manifestado la importancia de poner en marcha proyectos como éste basados en una economía circular, “ya que por una parte concienciamos a la ciudadanía y conseguimos una ciudad más limpia, y con ello también ahorramos gastos, y por otra contribuimos al cuidado del medio ambiente, colaborando así con nuestro planeta. Además, para cerrar el círculo, al reciclado se le ofrece una segunda vida en forma, por ejemplo, de mobiliario urbano”.

La instalación de los recipientes Gumy irá acompañada de una campaña de información y concienciación durante los próximos meses. Los chicles en el suelo, al ser una goma, tienen un proceso de degradación muy complejo y tardan entre 5 y 10 años en desintegrarse por completo. “Con una reeducación y concienciación ciudadana adecuada, podrían reducirse en gran medida estos malos hábitos o conductas de tirar los chicles al suelo, y de esta forma, entre todas y todos, mejorar nuestra ciudad”, afirma Bielsa.

Con este servicio, Mislata continúa apostando por iniciativas para mejorar el entorno urbano y colaborar con el medio ambiente y una mejor limpieza viaria, como ya ocurrió con el proyecto pionero del ADN canino o el reparto de botellitas para limpiar las micciones en la calle de las mascotas.