Sánchez advierte de que la salida está lejos y pide una «desescalada política»

(EFE).- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho este domingo que la fase de confinamiento continuará «como mínimo» durante otras dos semanas y ha avanzado que el regreso a la normalidad será progresivo y cauteloso, al tiempo que ha pedido unidad para lo que ha llamado una «desescalada política».

«No estamos entrando en la segunda fase» porque «prosigue el estado de alarma y continua el confinamiento general», ha subrayado el jefe del Ejecutivo en rueda de prensa telemática desde Moncloa tras reunirse por videoconferencia con los presidentes autonómicos.

El presidente no ha descartado incluso que puedan mantenerse o reforzarse las restricciones actuales una vez concluya la prórroga del estado de alarma el próximo 26 de abril.

Todo dependerá de la evolución de la pandemia que, a día de hoy, ya se ha cobrado la vida de cerca de 17.000 personas en España aunque, según el presidente, hay datos «alentadores» que permiten afirmar que se han dado los «primeros pasos decisivos» hacia una victoria en la lucha contra la COVID-19.

Esos datos no están recogiendo aún los efectos de la hibernación de las actividades económicas no esenciales que «deberían comenzar a notarse a mediados de la semana próxima», ha añadido.

Sánchez ha garantizado que la recuperación de esas actividades a partir de mañana, lunes, se hará con todas las medidas de protección y seguridad necesarias para los trabajadores que retornen a sus puestos de trabajo.

Todos ellos contarán con mascarillas en circunstancias en las que se requieran, como en los transportes públicos, que serán distribuidas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, ha asegurado.

El presidente también ha avanzado su intención de poner en marcha «cuanto antes» el llamado ingreso mínimo vital, iniciativa que responde a un acuerdo de legislatura pactado entre las dos fuerzas políticas que conforman el Gobierno ya antes del estallido de la pandemia, y para la espera contar con el aval de agentes sociales y fuerzas políticas.

Junto al frente sanitario, el Ejecutivo prepara también otras medidas en el frente económico y social para la futura recuperación del país, un objetivo para el que ha vuelto a lanzar un llamamiento a la unidad y a la «desescalada urgente» de la tensión política.

De hecho, ha anunciado que antes de que concluya la próxima semana espera que se celebre una primera reunión para impulsar unos nuevos Pactos de la Moncloa que sienten las bases de la reconstrucción del país.

«Me comprometo a trabajar en ello. La rebaja en la tensión política debe empezar ya para dar paso a la unión política» y en esa unión, ha dicho, deben estar todos, incluido el PP, como principal fuerza de la oposición.

Este es uno de los mensajes que ha transmitido a los presidentes autonómicos con los que ha hecho balance de la provisión de material sanitario y a los que ha comunicado que se está haciendo lo «indecible» para garantizar el suministro.

Y a la pregunta de si puede garantizar que el gran pacto nacional que propone no va a suponer una involución de la democracia y el regreso a la descentralización de 1982, el presidente ha respondido con un contundente «sí».