Siete meses después de la Dana la solidaridad sigue presente

Siete meses después de la DANA que asoló la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre de 2024, miles de personas siguen sin poder volver a la normalidad perdida. Según fuentes oficiales, las lluvias torrenciales dejaron tras de sí 232 fallecidos y más de 100.000 inmuebles afectados, de los cuales al menos 60.900 eran viviendas. Unos datos que reflejan la magnitud de una catástrofe que movilizó desde el primer momento tanto a la ciudadanía como a la sociedad civil.

Como parte de esa respuesta, la Compañía de Jesús, a través de sus obras en Valencia (Centro Arrupe, Escuelas San José, Servicio Jesuita a Migrantes SJM Valencia, Entreculturas y ECCA Social), activó una respuesta de emergencia bajo el nombre de Emergencia DANA. Desde su lanzamiento, esta campaña conjunta ha desplegado acciones de acompañamiento, alojamiento temporal y atención psicosocial en los pueblos afectados por la DANA, poniendo el foco especialmente en las personas en situación de vulnerabilidad.

Una intervención estructurada, desplegada tras un exhaustivo análisis inicial de las necesidades, que sigue canalizando la solidaridad española a día de hoy: «Es increíble el apoyo que seguimos recibiendo después de tantos meses», afirma Raquel Martín, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de Entreculturas, «demuestra una vez más la generosidad y unión que caracteriza a España ante las catástrofes».

Sin embargo, a pesar de toda la ayuda, las secuelas humanas, económicas y sociales continúan marcando la vida de muchas familias. Personas como Katty, vecina de Benetússer, que perdió su hogar la noche de la DANA y que tuvo que buscar refugio junto a su hijo: «No me hacía la idea de toda la catástrofe que venía, mi cerebro en ese momento no entendía por qué estaba pasando todo esto», recuerda ahora desde una casa facilitada por el SJM y las Hijas de Jesús María, «es como si el contador de mi vida se hubiera quedado a cero», afirma.

Kenia, madre y abuela que también ha sido acogida, sufrió las mismas consecuencias. «Veía a la gente que corría de un lado a otro, pedíamos auxilio, pero nadie nos ayudaba. Nunca había visto esto en mi vida, era una cosa horrible, como de película de terror». Una experiencia que intenta ver con otros ojos: «A mi hija le digo que la DANA fue nuestra oportunidad de comenzar desde cero, que provocó muchas cosas malas, que yo prefiero decir que fueron aprendizajes».

ACOMPAÑAMIENTO A JÓVENES Y COMUNIDADES DE VECINOS

Testimonios como los de Katty y Kenia, quienes perdieron sus hogares y enfrentaron situaciones de emergencia, reflejan la resiliencia y el apoyo continuo que siguen necesitando las personas supervivientes. Por este motivo, la labor llevada a cabo por la Compañía de Jesús no se limitó a los primeros días tras la DANA. Siete meses después, continúa presente en los procesos de acompañamiento comunitario, acceso a recursos básicos, apoyo escolar para menores afectados y la reconstrucción del tejido social.

Entreculturas tiene claro que quiere aportar su experiencia de dinamización comunitaria para entablar puentes entre las distintas personas afectadas: «Queremos también acompañar a estos grupos de vecinos y vecinas en su reflexión sobre la solidaridad y la convivencia, porque todas estas situaciones al inicio unen, pero ahora también hay mucha tensión y es importante fomentar la ayuda mutua y la participación para la reconstrucción», señala Encarna Durán, coordinadora de Entreculturas Valencia.

 

Este acompañamiento psicosocial también se ha centrado en los niños, niñas y jóvenes de centros educativos afectados por la DANA, llevando a cabo diferentes espacios de distensión, de reflexión y de intercambio de las experiencias vividas. En total, 20 docentes y más de 500 alumnos y alumnas de tres institutos de Sedaví, Catarroja y Aldaia participaron en este programa, denominado ‘Espai Xarxa Solidaria- La solidaridad nos da un respiro’, donde, en palabras de Encarna, «también pudieron abordar la importancia del cuidado emocional y trabajar colectivamente en la necesaria rehabilitación solidaria de Valencia».