Un paseo por Sedaví, dos meses después de la riada

Un paseo por Sedaví, después de más de dos meses desde que el agua arrasó todo el municipio, te recuerda aquel fatídico día.

Las calles están limpias de barro, sin embargo, la sensación de polvo continúa presente como si se hubiera incrustado en el asfalto.

Entrando a Sedaví por su polígono, siempre tan activo, ahora está parado pese a ser las 11 de la mañana. La mayoría de los comercios están cerrados, incluso las grandes franquicias. Sólo se ve en algunas empresas a operarios trabajando, aun en el reasfaltando de los parkings exteriores. “Luego empezaremos a reparar en el interior de la empresa”, explican a El Meridiano, “aquí tenemos trabajo para meses”.

Los techos de algunas naves ubicadas en planta baja aún conservan el barro de aquel día, una imagen que te transporta a aquellas fatídicas horas.

 

Piscina municipal

Una de las escenas que te encuentras al entrar ya en el casco urbano de la población son las sombrillas de la piscina municipal. La fuerza del agua arrasó los muros. Pendiente de volver a vallar, la sensación de ver la piscina mientras paseas por la acera es impactante. La piscina está limpia, ya no hay barro, ni el vaso está lleno de agua ni de restos de cañas.

Los trabajos de vallado se han centrado en lo prioritario; los centros escolares. Se han tenido que rehacer los muros también del instituto. Ayer albañiles estaban acabando parte del muro del IES, un centro que fue punto de recogida de alimentos y hasta centro de salud. Ahora en su entrada hay adolescentes hablando, pero sólo hace dos meses, en ese mismo punto, una mesa en la calle y un pequeño sombraje servía de punto de recogida de muestras para las analíticas.

Durante los primeros días el IES fue también ambulatorio

Continuando el recorrido por Sedaví, más adelante del instituto, siguen los trabajos de baldeo. Agua a presión en las aceras de la Avenida del Pais Valencià. Allí un enorme solar acumulaba miles de enseres y vehículos. Coches aún quedan, pero muchos menos.

Campa de Sedaví el 9/1/25
Misma ubicación 7 días después de la Dana (6/11/24)

En el recorrido por Sedaví hasta llegar al Ayuntamiento te encuentras con accesos a viviendas y patios recién reformados y otros que permanecen intactos desde aquel 29 de octubre. “Hay vecinos que han podido ya hacer reformas en el patio, nosotros aún no, depende mucho de como esté económicamente cada comunidad de vecinos”, explica una vecina.

Y así es, no todos pueden permitirse esas derramas, pese a las ayudas, “el coste que tenemos que afrontar es mucho mayor a las ayudas que nos dan”, afirma.

Mientras tanto la humedad de hasta donde llegó el agua, dos meses después, aún se aprecia en las calles.

 

Plaza de Sedaví

Son las 12h y la plaza de Sedaví ya tiene mesas en la calle de los bares. Las conversaciones se cruzan con el ruido aún de camiones haciendo labores de limpieza en el garaje subterráneo. Pasar cerca de la entrada de ese garaje, ya es otra cosa, el polvo que genera la extracción de lodo es muy molesto y los vecinos aceleran la marcha cuando pasan por ese punto.

Mientras tanto otros continúan entrando en el Ayuntamiento para resolver dudas, un Consistorio que nada tiene que ver con lo que era. Aquellas cristaleras son ahora paneles provisionales de conglomerado instalados para no dejar al descubierto la planta baja arrasada por la fuerza del agua como lo hizo con las viviendas.

Es ya la hora de la salida de los escolares. El trajín de abuelos y nietos por las calles de Sedaví, y las risas de éstos últimos con los amigos te devuelve a lo importante. La vida sigue, ya queda menos para volver a ser lo que era Sedaví.