València remata las Fallas con sol y ganas de olvidar la covid y el temporal

Las Fallas de València dejan atrás la pesadilla del temporal que azotó su primer día y hacen olvidar momentáneamente una pandemia que la ha convertido en una celebración atípica para hacer bullir de alegría y emoción a la ciudad más de lo esperado y rematar la fiesta envuelta en un clima aún veraniego.

Con la primera parte de los días y actos falleros cumplidos y con la sensación de cierta normalidad, la ciudad encara la recta final de las Fallas de 2021 con una jornada de pasacalles, Ofrenda a la Virgen y el espectáculo pirotécnico de la Nit del Foc, todo ello marcado por las restricciones, como antesala de la ansiada Cremà del domingo.

LA CALMA TRAS EL TEMPORAL

Atrás ha quedado la infernal noche que vivió el mundo fallero justo el día que tenía que dejar plantados en las calles y listos para la revista de los jurados los monumentos falleros, que sufrieron desperfectos en muchos ninots y caídas de alguna falla entera, que incluso en un caso dejó dos personas heridas leves.

Recompuesta de la tromba de agua y del tan temido viento, la ciudad recibió con alegría un cielo soleado para empezar a celebrar sus dos primeros días de actos falleros con los premios, pasacalles y las primeras mascletaes que, por la pandemia, han dejado su tradicional ubicación en la plaza del Ayuntamiento y se han dispersado por la ciudad, en lugares sin anunciar para evitar aglomeraciones.

La primera sesión de la Ofrenda a la Virgen, el más multitudinario y devoto acto de las fiestas, estuvo aderezada con abanicos por el calor y las mascarillas y la estricta separación en el desfile por la pandemia, pero sin restar un ápice de la emoción que sienten los falleros y falleras -este año solo en torno al 40 % de lo habitual- cuando dejan las flores a su patrona, cariñosamente conocida como «Geperudeta», en plena plaza de la Virgen, el centro histórico de la ciudad, este año sin público también por las restricciones.

LA RECTA FINAL: OFRENDA, NIT DEL FOC Y CREMÀ

Superado el ecuador de la fiesta y sin incidentes destacados, este sábado hay dos nuevas sesiones de la Ofrenda, de nuevo bajo un sol de justicia, para completar el manto floral del enorme catafalco de la Virgen de los Desamparados, este año sin diseño y que mostrará un dibujo multicolor como solía hacerse antaño y que quedará expuesto tras las Fallas para disfrute de visitantes y turistas.

La fallera mayor de València, Consuelo Llobell, y su corte de honor cerrarán este acto, en un horario adelantado por el toque de queda vigente en la ciudad -de 1 a 6 de la mañana-, mientras el cielo de València se llena de luz y color pirotécnico con el espectáculo de fuegos artificiales más esperado, la Nit del Foc.

De nuevo condicionado por las restricciones sanitarias, el espectáculo no se celebra en su habitual ubicación en el antiguo cauce del río, ya que, para evitar que se agrupe el gentío -ha habido años que ha reunido a decenas de miles de personas-, se han programado cuatro castillos en cuatro puntos secretos de la ciudad -dos a las 22 horas y otros dos a las 23.30- a cargo de las empresas Aitana, Europlá, Pirotecnia Valenciana y Caballer FX.

Utilizarán sistemas digitales, con disparos desde puntos diferentes del enclave elegido y con muchos recursos pirotécnicos en alto para que se puedan ver desde lejos y con una duración de entre 10 y 12 minutos.

Será la antesala de la Cremà, que empezará a las 20 horas del domingo con la quema de las primera fallas aún de día -dos horas antes de la cita habitual por el toque de queda- y acabará a las 23 horas, cuando sea pasto de las llamas la falla municipal «Açò també passarà» (Esto también pasará) con el rostro de la meditadora, ahora sin la mascarilla que fue símbolo de la resistencia a la pandemia, y un agujero en la barbilla causado por las lluvias.