La Universidad estudia el fondo marino de La Pobla de Farnals y cómo el calentamiento afecta a la llegada de nuevas especies

Científicos del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (IMEDMAR-UCV) estudian estas semanas qué especies marinas se están viendo afectadas por el aumento de las temperaturas del Mediterráneo, pues las aguas presentan valores de dos grados de temperatura por encima de lo habitual, lo que algunos vienen a denominar efecto de tropicalización. Este verano, además, ya se han registrado varios picos de 29 grados en junio y julio, 6 grados por encima de lo esperado.

El trabajo de campo, se está desarrollando de manera simultánea en los fondos marinos de La Pobla de Farnals, Valencia y Denia, en el marco del proyecto OCECOSVAL del programa ThinkInAzul, dedicado al seguimiento de las comunidades y parámetros oceanográficos de la Comunitat Valenciana, desarrolla junto a científicos del proyecto GIBMAR-BB de la Universidad de Cádiz una novedosa técnica de detección de organismos por su huella de DNA.

Para el estudio los científicos marinos utilizan la metodología de fondeo en el lecho marino de estos tres puertos para poder evaluar las diferencias en función de la actividad deportiva, pesquera o industrial de cada uno. Con esta nueva tecnología, basada en la huella genética de los organismos marinos, se puede estudiar de una manera rápida y eficaz la llegada de especies exóticas o presencia de especies autóctonas de interés.

Llegada de nuevas especies

Los primeros resultados se conocerán en un plazo aproximado de tres meses, pero los investigadores avanzan que este “calentamiento anómalo”, sumado a la llegada de especies externas, produce una “competición salvaje” por los recursos entre las autóctonas mediterráneas y las especies invasoras, pudiendo a desplazar a alguna especie típica de Mediterráneo. De hecho, cada vez es más frecuente el avistamiento de algunas especies de medusas como Phyllorhiza, la medusa de puntos blancos, algas como la invasora asiática Rugulopteris o peces como el pez globo tóxico Lagocephalus.

Por otra parte, el cambio global perjudica las poblaciones de Posidonia, una planta marina endémica y clave para mantener el equilibrio de los ecosistemas, además de las costas y playas por los efectos de barrera a las corrientes marinas que supone.

El estudio forma parte del programa ThinkInAzul y cuenta con el apoyo del MCIN con financiación de la Unión Europea NextGenerationEU y de la Generalitat Valenciana. El objetivo final es comprender y anticiparse a los efectos ecológicos, sociales y económicos del cambio climático que inciden directamente en el Mediterráneo.