Claves del éxito de Cargacar en la instalación de puntos de recarga
La movilidad eléctrica avanza con rapidez, y con ella crece también la necesidad de contar con soluciones eficaces para la recarga de vehículos eléctricos e híbridos enchufables.
Es en este contexto en el que una firma se ha consolidado como principal referente en la instalación de puntos de carga en España. Su éxito no se debe únicamente a su presencia en todo el territorio nacional, sino a una serie de factores que combinan profesionalidad, atención al detalle y capacidad de adaptación a diferentes entornos.
Un enfoque técnico sólido y adaptado a cada entorno
Uno de los pilares sobre los que se sostiene el trabajo de esta empresa, CARGACAR, es en su equipo de profesionales cualificados. Y es que cuenta con personal curtido en la instalación de puntos de carga, lo que les permite hacer frente a diferentes tipos de situaciones, ya sea en viviendas particulares, comunidades de vecinos, instalaciones empresariales o espacios públicos.
El proceso comienza con una evaluación técnica del lugar donde se va a instalar el cargador. Esta evaluación permite conocer las características eléctricas del entorno y valorar cuál es la mejor solución en función de las necesidades del usuario. Cada caso es tratado de forma individual, evitando soluciones estándar que no siempre se ajustan a lo que realmente se necesita.
Una característica destacada del enfoque técnico de Cargacar es su capacidad para adaptarse a distintos tipos de emplazamientos. No todos los usuarios disponen de una vivienda unifamiliar con garaje privado, por lo que muchas instalaciones deben realizarse en garajes comunitarios, donde se comparten espacios con otros vecinos. En estos casos, la empresa actúa conforme a la normativa vigente, especialmente la ITC-BT-52, que regula las instalaciones eléctricas de recarga de vehículos eléctricos.
Además, Cargacar trabaja con una variedad de marcas reconocidas en el sector, como WOLTIO, V2C, POLICHARGER, WALLBOX y ORBIS. Esto les permite seleccionar el equipo más adecuado en función de las prestaciones requeridas por el cliente, así como de la compatibilidad técnica con la instalación. El conocimiento de los técnicos sobre estos modelos garantiza que la instalación se realice con las condiciones óptimas de seguridad y rendimiento.
Otro aspecto relevante es la atención que prestan a la seguridad. Las instalaciones eléctricas requieren cumplir una serie de requisitos para evitar posibles problemas a futuro. “En este sentido, nuestros técnicos verifican que cada instalación se ajuste a los criterios de seguridad eléctrica, tanto en términos de capacidad como de protección ante posibles fallos”, señalan.
Un proceso claro, ordenado y centrado en el usuario
Más allá del componente técnico, otra de las claves del éxito de Cargacar es la forma en que gestionan el proceso de instalación. Desde el primer contacto hasta la puesta en marcha del punto de recarga, la empresa mantiene una comunicación fluida con el cliente, lo que contribuye a generar confianza y a reducir las incertidumbres asociadas a este tipo de intervenciones.
“Todo comienza con una primera consulta. A través de los canales de contacto, el cliente expone sus necesidades. A partir de ahí, el equipo técnico recoge la información necesaria y asesora sobre las opciones disponibles”, explican. “Esta primera fase tiene como objetivo aclarar dudas, valorar las condiciones iniciales y preparar el camino para una propuesta concreta”.
Posteriormente, se lleva a cabo una inspección del lugar, ya sea presencial o, en algunos casos, a través de fotografías o documentación técnica proporcionada por el cliente. Con base en esta información, los técnicos de Cargacar realizan un estudio detallado y elaboran un presupuesto personalizado. Esta oferta incluye tanto el coste del equipo como el de la instalación, y contempla posibles adaptaciones según el tipo de red eléctrica disponible.
Una vez aprobado el presupuesto, comienza la fase de instalación. Cargacar organiza los trabajos de manera eficiente para reducir los plazos al mínimo, sin comprometer la calidad. La instalación suele completarse en poco tiempo, y se adapta al tipo de entorno: desde garajes individuales hasta parkings compartidos.
Durante esta fase también se tienen en cuenta aspectos como el diseño de la instalación y la ubicación del cargador para facilitar el uso diario por parte del usuario. “Priorizamos soluciones prácticas, como fijar el cargador en una zona accesible, proteger el cableado y facilitar la conexión al cuadro eléctrico de la vivienda o del garaje”, comentan.
Una vez finalizados los trabajos físicos, se realiza una verificación técnica. Se comprueba que el sistema funciona correctamente, que la carga se realiza con normalidad y que todos los elementos cumplen los requisitos establecidos por la normativa. Si es necesario, también se ofrece una breve explicación al usuario sobre el uso del equipo, especialmente si este no está familiarizado con su funcionamiento.
“Pero el servicio no finaliza con la instalación. Ponemos a disposición de nuestros clientes un servicio de atención para resolver dudas posteriores o incidencias técnicas que puedan surgir con el tiempo”, sentencian.

