GODELLA, AHORA O AHORA
Miquel Ramon Martí Matias, historiador, arqueólogo e investigador valenciano.
Cada mañana, en la montaña de Godella, mientras sale el sol, se escucha desde hace tres años unos sonidos artificiales, mejor dicho, unos ruidos, hijos de la destrucción. Sierras mecánicas que cortan árboles y máquinas que con un percutor, destroza, sin prisa pero sin pausa, golpe a golpe, como ráfaga de metralleta, la excelente roca caliza de millones de años y toda la vida que vivía encima.
Allí, tenemos el acueducto imperial de la “Covatella” que pasa dignamente por Godella, aunque se le pretenda ocultar en el jardín privado del chalet de un nuevo rico patricio, pero no romano, sino ruso, venezolano o chino colaborador en la burbuja inmobiliaria hispana, gente que solo sabe de Godella, que empieza por G.
Así, os invito al año 40 d.C. Imperio Romano puro y duro. Nacen ese mismo año, dos romanos, uno en Roma, Sexto Julio Frontino y otro, en Edeta (Lliria, Valencia), aunque su villa romana natal estuviera concretamente en la actual Benaguacil, Marco Cornelio Nigrino Curiacio Materno.
Los dos gozaron del afecto de los emperadores de la época, los Flavios.
Frontino, gran militar fue encargado de los acueductos de Roma, “Curator Aquarum”, aparte de gozar de gran poder , elaboró la gran obra “De aquaeductu urbis Romae”. Coincidiendo en época en Roma, Nigrino y Frontino, el romano-valenciano, ojito derecho de los emperadores y gran militar en todo el imperio (del que casi nadie se acuerda) aprovecharía como buen romano, para echar una manita a su propia tierra. La construcción de un acueducto que llevara agua a Saguntum desde el sur y dar suministro a las villas romanas de su camino, demostraba su poder y marcaba una de las metas de su vida, ser reconocido en su propio territorio.
El acueducto daba agua a villas que han dado mosaicos fantuosos como el de las Musas de Moncada, hoy escondido en los almacenes del Museo de Bellas Artes de Valencia. Antes de entrar en Saguntum, otro acueducto se unía al de la Covatella, desde Gilet, donde un pequeño asentamiento lo controlaba. De este modo, el agua de manantial de Gilet y la del Turia de la Covatella, se unían, mejorando su calidad. No obstante, el vino, era el principal líquido bebido, mientras el agua daba servicio a termas, desagües, esclavos, animales, riego, etc.
Me gusta pensar que Frontino y Nigrino se reunieron, compartieron información, y que incluso el propio Frontino se pasó por aquí, asesorando , marcando las líneas generales, con el pecunio de Nigrino, algo que me dispara la imaginación, pero no puedo demostrar, aunque nada descartable.
Qué casualidad que el acueducto de la Covatella, nazca en Benaguacil, en territorio personal Nigrino, y que el agua del Turia se pasee hasta la niña preferida “ y utilizada ”de Roma, Arse-Saguntum, víctima del malote “Aníbal” , excusa perfecta y Casus Belli, para que Roma se comiera toda Hispania y sus recursos.
La historia no acaba bien para Nigrino, ya que con la nueva dinastía, cayó en desgracia. Trajano, el nuevo emperador, tenía detrás la mafia del aceite de la Bética (Andalucía), de donde procedía, y que le apoyó económicamente. Nuestro Nigrino, aunque era el militar más condecorado del Imperio, no pudo competir, poderoso caballero, ya era don dinero (don denarius), y el aceite, era como el petróleo de hoy, al iluminar, y aún más, porque alimentaba. Cuando perdió Nigrino, su memoria se olvida en las brumas de la historia. No es casual que nazca junto a su casa y llegue a tan importante y simbólica urbe ese acueducto. Su lápida principal, dentro del pozo de la Plaza de la iglesia de Benaguacil, y bajo el pavimento, el pozo, la lápida y nuestra memoria, como todo.
Cuando uno mira el cartel de Consellería cuando habla del canal de la Covatella, que está medio borrado, en el parking del Osito de la Pobla de Vallbona, encuentra directamente el manual de como quitar la importancia y el sentido a un lugar. Allí aún se lee que el acueducto de la Covatella, solo es una acequia medieval secundaria, local “sin chicha ni llimoná”, que no justifica ni el dinero gastado en la fabricación del cartel, aunque corte las carriladas ibéricas de Edeta (Lliria), la capital ibérica valenciana. Cuando vas uniendo las piezas, cuando vas al polígono de Benaguacil, y resulta que el acueducto imperial se encuentra junto a la acequia medieval y moderna, todas una junto a la otra, y lo ves lleno de basura, escombros y pasando por encima toda clase vehículos, y eso que se sabe su localización gracias al erudito Aurelio Alonso Durá, desde hace décadas; cuando te encuentras que el acueducto en la zona del parking del Osito tiene dentro del canal, el hueco donde el sedimento se deposita para ir depurando el agua, lleno de barro, hierbas y basura ahora; cuando en ese mismo lugar hace unos meses han tirado a propósito el murete lateral del acueducto imperial que intentaba subir la pared de la roca tallada para poder contener más agua (como en el acueducto de Peñacortada) , y que había aguantado 2000 años, pero… no pasa nada. En Godella se asiste en el arrasamiento de la montaña y todos sus restos, en un pulso en el que unos pocos hacen el trabajo de todo un pueblo y de los que aún no han nacido, y que dura años…mientras el mismo acueducto, que continua en la Lloma dels Frares, silenciado y con basura, en la misma Godella, espera su turno… uno se pregunta muchas cosas y se contesta muchas más.
El informe de la excavación del acueducto de la Covatella de Godella, en la Canyada de Trilles, donde todo va por el aire, se indica que se rescató un resto cerámico imperial dentro del canal, que demostraba su cronología romana, aunque en el informe no se atrevieran a conectar nada con nada, no sea que sea importante de verdad y se acepte a Nicolau Primitiu, que ya en 1921 dejó claro lo del acueducto, y que sea este acueducto el eje vertebrador de todo ese territorio desde época romana y haya que protegerlo. Pero lo que no se perdona son las canteras laterales que hay junto al acueducto. Los romanos supieron que Godella tenía una piedra que recordaba al travertino de Roma y que si se pule, puede engañar al más experto.
Tenían bloques tallados a mano ¿Cuál era el problema?, había marcas cilíndricas en la roca rompiendo esos bloques y entonces los “no expertos” pero con poder, en un informe, sentencian: son canteras modernas (Cómete eso). Es decir, según su lógica, unos canteros dedicaron en el siglo XX, todo su esfuerzo a tallar a mano los bloques, y en el último momento, meten un largo martillo hidráulico en la roca con cuerpo cilíndrico, y ponen explosivos para reventar los bloques. Que alguien me lo explique por favor.
En Aquisgran (Alemania), se encuentra la catedral empezada a construir por Carlomagno en 796 en su capilla palatina. En la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos lucharon calle por calle contra los nazis, y los impactos de bala quedaron marcados como cráteres en la roca de la pared de la catedral. Siguiendo la lógica de “los listos” de la excavación de las canteras de Godella de la Canyada de Trilles, la catedral sería de la época de la Segunda Guerra Mundial, y no medieval, porque las balas son la referencia, y no la antigua pared que rompen. Pues, señoras y señores, las balas modernas, son el equivalente a las marcas cilíndricas del martillo hidráulico, en las paredes de las canteras. Las marcas cilíndricas son del siglo XX pero los bloques y las canteritas, del I al III d.C y todo apunta a ser piezas para lápidas más que para paredes, por dimensiones y roca especialmente dura. La roca tallada dentro del canal del acueducto, se iba drenando para acabar levantando estructuras de toda clase. Roma no desperdiciaba los recursos, lo aprovechaba todo hasta la saciedad. Acabo de dar un curso gratis a Consellería, pero el problema, es que, a día de hoy, se han cargado el 90 % de las canteras, y no hay vuelta atrás. En su informe, “los listos de Consellería” sentenciaron a muerte las canteras, mientras la constructora Bertolín, emitía gemidos de placer. A distancia, el dolor de lo destruido no se escucha, que se lo digan a Gaza. Desde unos despachos se decide el destino de lo que nunca volverá pero que estuvo milenios y millones de años existiendo. La Godella que vieron tus padres, abuelos, y antepasados desaparecerá para siempre en dos legislaturas más si Godella no se planta para siempre, dura y firme como su piedra, con la belleza de la dignidad heredada de los antepasados que se dejaron su vida levantando la arquitectura fascinante que todos hoy disfrutamos y admiramos. Godella se merece un respiro y dejar en paz sus montes con su maravillosa naturaleza y espacios, que pintores, poetas y la gente de la calle, disfrutó de manera normal, sin saber que un día ese paraíso se lo arrebatarían para venderlo a unos desconocidos con unos planos sin corazón ni memoria. Despertemos de una vez, AHORA o AHORA o durmamos para siempre.

