Los coches olvidados de la DANA: el rastro visible de una tragedia que aún no ha terminado
A las afueras de Paiporta, entre campos todavía marcados por el barro y la vegetación arrancada de raíz, siguen apareciendo cuatro coches completamente destrozados. Son vehículos sin matrícula, reducidos casi a esqueletos metálicos, desprovistos de todo lo que el agua y, después, los expolios se llevaron. La imagen resulta tan impactante como reveladora: son las huellas físicas de una DANA cuya fuerza muchos aún intentan comprender.

Estos coches abandonados no son solo restos materiales; son testigos silenciosos de lo que ocurrió. En algunos casos, fueron arrastrados cientos de metros hasta quedar atascados entre acequias y bancales. En otros, el barro los sepultó durante días antes de que pudieran ser localizados. La violencia del agua fue tal que los dejó irreconocibles, retorcidos y abiertos como si hubieran sido de papel.
Coches sin localizar
Pero más allá de la impresión visual que producen, los vehículos representan un problema que todavía afecta a muchos vecinos. A día de hoy, hay personas que continúan buscando su coche, desaparecido o robado desde el temporal. Y sin localizarlo, temen perder las ayudas.
“Es desesperante”, lamentan algunos afectados. “No sabes si el coche está enterrado, si lo ha arrastrado el agua kilómetros o si lo han desguazado”.

