La Conselleria denuncia que la CHJ aún tiene pendiente la retirada de vehículos de la Dana en ríos y barrancos

Durante la DANA más de 130.000 vehículos fueron arrastrados por la fuerza de la riada y las grandes montañas en los municipios afectados fueron unas de las imágenes más trágicas de la tragedia. Localidades como Sedaví perdieron el 95% de su flota, es decir, sólo aquellos vehículos que ese día estaban fuera del municipio pudieron salvarse. Una situación similar ocurrió en Catarroja, Paiporta, Massanassa, etc. Ahora, «siete meses después, casi la totalidad de los vehículos han sido retirados y solo faltan unos pocos centenares que corresponden a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) según las normas que dictó el propio Gobierno (Real Decreto Ley 8/2024) que son aquellos que se encuentran en ríos y barrancos».

Esta norma establece que los vehículos los debe retirar la Administración competente de la zona en la que se encuentran los mismos. De esta forma, la Generalitat se hizo cargo de los que estaban en carreteras autonómicas y los ayuntamientos de los que estaban en parcelas municipales donde habían sido apilados los primeros días después de las inundaciones para quitarlos de las calles. «Un proceso en el que los consistorios contaron con el respaldo de la Generalitat, que comenzó con la retirada selectiva antes de que se emitiese la norma y puso a disposición de los municipios todos los medios para que desguaces de toda España retirasen los vehículos de los municipios. De forma paralela, se preparó todo tipo de documentación exhaustiva para que todos los municipios, que al fin y al cabo, iban a ser los responsables de la retirada de los vehículos pudieran actuar con diligencia asesorados por la Generalitat», recuerden desde la Conselleria de Medio Ambiente.

A cada ayuntamiento «se le aconsejaba que eligieran los desguaces que iban a retirarles los vehículos, en base a su proximidad y capacidad de retirada. También tuvieron lugar reuniones con todos los alcaldes afectados, enviándoles toda la documentación e, incluso, establecer con cada uno de ellos una comunicación constante y diaria para ver cómo iba la retirada de vehículos en cada uno de los municipios, lo que nos permitía traer más desguaces, como así finalmente sucedió, de todos los rincones de España».

Ahora todas las montañas de vehículos de los municipios han desaparecido (más de 130.000) y «los que faltan por retirar están en su inmensa mayoría en el cauce de los barrancos, que es considerado dominio público hidráulico. Por tanto, son la CHJ y el Gobierno los responsables. Es fácil comprobar que no se ha hecho el trabajo. En el barranco del Poyo, a la altura de Loriguilla (39°28’23.4″N 0°34’39.7″W – Google Maps) se encuentran infinidad de coches, así como en Chiva, en barrancos afluentes al Poyo (39°28’29.0″N 0°42’59.6″W – Google Maps). Por tanto, los últimos coches que quedan por retirar son de la CHJ, que no cumple las normas del Gobierno del que depende. Mientras, Ayuntamientos y Generalitat han hecho su trabajo y retirado las montañas de coches», explican desde la Conselleria.

Información complementaria Generalitat

En un primer momento, la prioridad fue la retirada de los mismos de la vía pública para facilitar la circulación por éstas. Hay que pensar que muchos vehículos habían quedado incrustados unos sobre otros en medio de las calles, en muchas ocasiones unos subidos sobre otros o, incluso, muchas veces agolpados debajo de puentes o directamente sobre las vías del tren. Dada esa situación, resultaba imprescindible retirarlos debido a que, además, en esos momentos era necesario poder llevar ayuda a los vecinos de los municipios. La solución que se encontró en esa primera fase de la emergencia fue amontonarlos en solares y conformar con ellos auténticas montañas de coches, apoyando unos sobre otros.  Una vez pasada la fase inicial y según la emergencia iba avanzando, se hizo necesaria la retirada de esos vehículos. Parte de los apilamientos estaban cerca de infraestructuras esenciales como viviendas o colegios. Pese a ello, la Generalitat inició por su cuenta la retirada de los puntos más complicados en una segunda fase. La tercera fase ya fue la retirada en colaboración con los Ayuntamientos y los desguaces.