Rincones escondidos: lugares inexplorados en el Mediterráneo que te sorprenderán

En muchas ocasiones pensamos en el Mediterráneo como una región turística y masificada durante las vacaciones. Sin embargo, a pesar de ello y a pesar de conocer de primera mano los principales destinos turísticos, como Roma, Barcelona, Atenas o Marsella, es una región que todavía tiene mucho potencial para sorprender a los viajeros y muchos lugares increíbles que descubrir.

De hecho, en la actualidad, en la región del Mediterráneo todavía existen destinos inexplorados totalmente deshabitados, que se encuentran muy poco explorados o que conservan sus tradiciones y costumbres. En muchos de ellos, la naturaleza salvaje lo llena todo, ya que la mano del ser humano y la irrupción de los turistas no los ha transformado todavía —y esperamos que siga siendo así—.

Por este motivo, hemos hablado con los profesionales de Cruceros Mediterráneo para explicarte con todo lujo de detalles cómo descubrir estos rincones escondidos e inexplorados que, sin lugar a dudas, te van a sorprender muy gratamente. Déjate llevar con nosotros hacia los lugares más recónditos del Mediterráneo mientras lees este artículo.

Cap de Formentor (España)

Aunque cuando hablamos de las Islas Baleares y de Mallorca, nos solemos centrar en los destinos más conocidos y turísticos como Palma, Alcudia, Ciutadella, Mahón o Ibiza, lo cierto es que Mallorca esconde rincones escondidos que son todo magia. Además de las playas y calas más espectaculares y tranquilas, también ofrece paisajes bellísimos en el extremo norte de la isla.

Entre ellos, sin lugar a dudas, se encuentra el llamado Cap de Formentor, que ofrece una excursión en la que podrás descubrir los paisajes costeros con los acantilados más espectaculares y pasar un rato agradable dentro de la cafetería del faro de Formentor. Seguramente tendrás que alquilar un coche para poder realizar la excursión una vez estés en la isla, pero te aseguramos que la experiencia merece mucho la pena.

Antibes (Francia)

Se trata de una ciudad ubicada en la Costa Azul francesa que es menos turística que las anteriores y que, por lo tanto, es un destino ideal para aquellas personas que prefieren visitar lugares menos masificados. Te recomendamos visitar el cabo de Antibes y sus playas, entre las que podemos destacar la playa de los Billonarios, que se encuentra en el Sendero del Litoral y que se trata de una de las más bonitas de la región y uno de los rincones escondidos más atractivos que no te puedes perder durante tus vacaciones.

Islas Elaphiti (Croacia)

Puedes visitarlas si el itinerario de tu crucero incluye a la ciudad croata de Dubrovnik dentro de su itinerario. Las islas Elaphiti son un pequeño archipiélago de islas que se encuentran frente a las costas de Dubrovnik, en el mar Adriático. Cuentan con tan sólo 30 kilómetros cuadrados y tan sólo tienen 850 habitantes. De las 8 islas, únicamente están habitadas 3, Koločep, Lopud y Šipan.

La primera de ellas es la más cercana a Dubrovnik y puedes acceder a ella en barco y en poco más de treinta minutos desde el puerto de esta ciudad. Allí, podrás descubrir su “cueva azul» y disfrutar de unas buenas vacaciones en uno de los lugares más escondidos e inexplorados del Mediterráneo.

Isla de Corfú (Grecia)

Se trata de la isla griega que menos griega parece y se ubica en el Mediterráneo oriental, en el mar Jónico. Esto se debe a que está cubierta de vegetación, manteniendo un aspecto salvaje y por el entorno natural tan verde y llamativo que posee. Es menos turística que otras y se encuentra mucho menos masificada, por lo que es perfecta para disfrutar de unas horas en tranquilidad a bordo de un crucero por el Mediterráneo. De hecho, en el momento en que te alejas de la ciudad, puedes encontrar multitud de rincones escondidos que podrás disfrutar con calma, como la Playa Salvaje de Issos, en el sur de la isla.

Playa de Triopetra (Creta)

Ubicada en la isla de Creta, la playa de Triopetra es otro de los lugares más escondidos del Mediterráneo que más te van a sorprender. Literalmente, su nombre significa “tres rocas” que se caracteriza por poseer tres formaciones rocosas muy reconocibles en la línea de costa. Suele ser un lugar bastante ventoso donde poder desconectar durante unas horas, pero la temperatura del agua suele ser muy agradable para el baño. Por lo tengo, este es, sin lugar a dudas uno de los lugares menos masificados y menos llenos de turistas que más vas a disfrutar.

La isla de icaria (Grecia)

Se trata de una de las islas griegas menos conocidas. Se encuentra relativamente cerca de la turística isla de Mykonos y muy cerca de las costas de Turquía. Aunque hay pequeñas aldeas, la mayor parte de la isla es de naturaleza virgen, y cuenta con montañas recubiertas de una vegetación exuberante que no tenemos ninguna duda de que te atrapará con su belleza.

Puedes hacer una ruta de senderismo para perderte por sus rincones naturales. Además, su población es conocida por ser una de las más longevas del mundo, hecho que probablemente se deba a que cuentan con una de las mejores dietas del mundo, así como por su vida tradicional, relajada y reposada. De hecho, se considera que el 30% de su población llega a vivir más de 90 años. Por ello, es uno de los lugares más inexplorados y fascinantes que puedes encontrar en el Mediterráneo.

En definitiva, podemos decir que explorar el Mediterráneo va más allá de los destinos típicos que estamos tan acostumbrados a ver: es descubrir tesoros escondidos. Desde el cautivador Cap de Formentor en Mallorca hasta las tranquilas Islas Elaphiti en Croacia, los mejores rincones inexplorados revelan la auténtica belleza del Mediterráneo que se esconde a primera vista.

Antibes en la Costa Azul y la sorprendente Isla de Icaria en Grecia ofrecen experiencias menos turísticas. Del mismo modo, en la playa de Triopetra, en Creta, la naturaleza virgen se mezcla con formaciones rocosas únicas y de gran belleza. Del mismo modo, las islas griegas de Icaria y Corfú ofrecen lugares que merece la pena descubrir. Estos rincones escondidos del Mediterráneo te pueden invitar a explorar lo auténtico, lejos de las multitudes y de los lugares tan masificados y repletos de turistas que estamos acostumbrados a visitar durante las vacaciones.