Se desploma la frontera de la Barraca Cucaló en Alboraya

La barraca Cucaló en Alboraya se ha desplomado. La Asociación Cultural l’Horta de Valencia había alertado del grave estado de abandono de la barraca desde hace mucho tiempo. Es más, la entidad se ofreció a restaurarla a cambio de abrirla como Museo Vivo de l’Horta y recibió «una negativa tras otra por parte de los propietarios (Hermanos Lladró) y del Ayuntamiento», denuncian desde la asociación.

Imagen de la barraca antes de derrumbarse la fachada

Y acusan a las instituciones de «no hacer nada para garantizar el futuro del patrimonio de todos los valencianos». Además hacen hincapié en que «no hay que olvidar que en el año 2019 las barracas, alquerías y la huerta valenciana en general fueron declaradas patrimonio agrícola mundial».

Por su parte la concejala de urbanismo del Ayuntamiento de Alboraya, Ana Bru, ha explicado que «es conocido que los propietarios tienen la obligación del mantenimiento de sus inmuebles, protegidos o no. Alboraia pretende que las edificaciones de más de 50 años presenten los informes obligatorios para poder controlar correctamente su mantenimiento. Además se ha intentado aprobar el Plan General con el catálogo de bienes con protección y a pesar de haberse reducido a mínimos la ocupación que nos asigna el Plan de Protección de la Huerta aprobado en 2018 por la Conselleria (PAT Horta), pero no hemos conseguido el apoyo del resto de grupos y tampoco el de Per l’horta que ha influido todo lo posible para que no se aprobase el Plan General y tampoco el catálogo, ni el mínimo crecimiento propuesto tras las alegaciones, que nos permitía además conseguir las dotaciones educativas, las viviendas de protección oficial y libres en dos pequeños sectores y el parque público imprescindible (que en gran parte era agrario), además de adecuar nuestra normativa a la nueva legislación urbanística Valenciana».

La concejala ha explicado que «nos agrada que ahora valoren también las viviendas tradicionales, ojalá a este grupo les preocupen también las del núcleo histórico que se han quedado desprotegidas tras varios intentos, el último como insistimos en la revisión del Plan General, perfectamente alineada con la normativa recién aprobada de protección de la huerta y del resto del patrimonio de Alboraia, y la limitación del crecimiento urbano de los pueblos de l’Horta. Aún sin estos instrumentos de control, el Ayuntamiento sigue intensificando la vigilancia, ahora con la colaboración de la policía de la huerta y el dron policial, que nos puede advertir con mayor facilidad de infracciones y deterioros. Tampoco los grupos políticos de la oposición han querido facilitar nuestra adhesión, de momento, al nuevo instrumento de control de infracciones en suelo no urbanizable que ha puesto a disposición de los pueblos la Conselleria para ayudarnos en esa difícil tarea, dado que es una cesión de competencias municipales. Aún así, estamos comprometidos en poner nuevos medios para obtener mejores resultados y evitar pérdidas como ésta».

Características

La Universidad de Valencia, en su web Catálogo de patrimonio, publica información sobre esta barraca conocida como barraca Lladró o Cucaló y explica que «según M.del Rey y A. Gallud (PAT de l’Horta, 2018) y la revisión del PGOU de Alboraya (2019) sus orígenes están a finales del siglo XIX o principios del XX, pero, como en el caso de muchas de estas edificaciones de tipo popular de l’Horta, no es fácil darle una cronología más concreta. Como en el conjunto de la periferia de la ciudad de Valencia, muchas de estas barracas fueron edificadas durante el siglo XIX o principios del XX, incluso con posibles modificaciones importantes sobre el mismo solar. Estas barracas no suelen aparecer en la documentación de los siglos pasados ​​de forma identificable por nombres o topónimos, mientras que a nivel oral normalmente se las conocía en su entorno por el nombre o apodo de las personas que eran propietarias o vivían. Por esta razón era frecuente el cambio de nombre de la barraca por el cambio de residencia de dichas personas, y su historia concreta de propietarios, obras, etc., es difícil concretar si no quedan testimonios familiares o vecinos. Su nombre le viene de los apellidos de los propietarios en el siglo XX. Actualmente está cerrada y con un anuncio de se vende barraca y campos».