Un informe vaticina el cierre en enero de más de 10.000 restaurantes y bares en la Comunitat Valenciana

El impacto de los cierres y las restricciones en restaurantes y bares, que han impuesto a lo largo del año los gobiernos central y autonómico con motivo de la crisis sanitaria, ha provocado un descalabro económico en el sector valenciano, traducido en un descenso de la facturación de más de 1.000 millones de euros y la pérdida de más de 8.000 empleos, lo que puede ocasionar además, si no se toman rápidas y efectivas medidas para evitarlo, el cierre definitivo en enero de más de 10.000 establecimientos hosteleros de la Comunitat Valenciana, un 30% de los existentes.

Este es el vaticinio derivado de los datos de un informe del sector, incluido en el Anuario de la Hostelería de España 2020, presentado recientemente por la asociación Hostelería de España, el cual se hace todavía más inevitable con el endurecimiento de las restricciones para Navidad dictado por el gobierno valenciano, ya que ello va a suponer una caída de un 60% en la facturación del sector en relación con las mismas fechas del pasado año, según ha puesto de relieve la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia.

Es por todo ello por lo que los hosteleros valencianos exigen a la Generalitat Valenciana un ‘plan de rescate’ de 80 millones de euros a fondo perdido. En este sentido, la federación de hosteleros valencianos ha señalado que, “a pesar de las cifras y de la insistencia del sector, el presidente de la Generalitat Valenciana todavía no ha respondido a la petición de una reunión con los hosteleros valencianos lanzada hace más de un mes. La Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (CONHOSTUR) sigue a la espera de respuesta para mantener una reunión en la que quiere presentar ante Ximo Puig la situación en la que se encuentra el tejido empresarial hostelero y el plan de rescate”.

Criminalizar a la hostelería”

Por su parte, el presidente de SOS Hostelería, Fidel Molina, al frente de una asociación creada ex profeso ante la actual situación desesperada del sector, lamentó recientemente que se haya “criminalizado a la hostelería, haciéndola culpable del incremento de casos, cuando los bares y restaurantes son espacios seguros en los que se cumplen todas las medidas de seguridad”. Asimismo, recalcó que, “mientras los transportes públicos van abarrotados o hay largas colas para comprar un décimo de lotería, la hostelería está ‘pagando el pato’ de la mala gestión del Consell”. Molina también advirtió que “si la Generalitat y el Gobierno central no mueven ficha, el sector puede desaparecer definitivamente en 2021”.

El sector hostelero valenciano contó en 2019 con 35.096 establecimientos activos, registró una facturación de 12.701 millones de euros, dio empleo a 182.350 personas y representó el 6,8% del PIB de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, desde la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia se resalta que “las buenas cifras asumidas en 2019 no se recuperarán, en el mejor de los escenarios, hasta finales de 2021 o principios de 2022”.Los hosteleros exigen un ‘plan de rescate’ de 80 millones de euros a fondo perdido

En toda España, el sector hostelero ha llegado a representar en 2019 un 8,7% de todo el empleo, situándose en tercer lugar después del comercio, con un 15.5%, y la industria, con un 12,6%, según los datos del anuario. Y dentro de la hostelería, el sector de los restaurantes es el que mantuvo un mayor porcentaje de empleo, con un 76,2% y más de 1,3 millones de trabajadores. Sin embargo, en los primeros meses de la crisis sanitaria, se destruyeron más de 400.000 puestos de trabajo y 900.000 trabajadores del sector fueron incluidos en ERTE, mientras que la facturación llegó a caer hasta en un 90%. Además, la previsión es que la facturación de este año acabe siendo un 50% menor a la del anterior, con pérdidas de hasta 67.000 millones y una destrucción de empleo de entre 900.000 y 1,1 millones de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos.

Servicios ‘delivery’ y ‘take away’

De cara a 2021, el sector hostelero, en su visión más optimista, cifra su confianza en una recuperación basada en una vuelta a la normalidad, sobre todo hacia el verano, así como en la potenciación de los servicios ‘delivery’ y ‘take away’, es decir, de reparto a domicilio y comida para llevar, e incluso en una reducción de la competencia, al desaparecer los establecimientos con menos recursos, cuyos propietarios no hayan podido soportar el impacto económico. En la versión menos optimista, la de que continúen las restricciones, se cree que se mantendrá la caída de la facturación, con todas sus consecuencias, y que no se podrá recuperar hasta dentro de otro año.