El Instituto de Nanofotónica de la UPV consigue detectar contaminación de E.Coli en las playas, fuentes y estanques en minutos

El Instituto de Tecnología Nanofotónica (NTC) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha desarrollado un sistema que permite la detección de bacterias en el agua, en cuestión de minutos. Su aplicación permite descubrir casi de manera inmediata la presencia de E.Coli y otros microorganismos en las playas fuentes y estanques en minutos.  Además, logra detectar si estas bacterias están activas, lo que garantiza la salud de las personas usuarias en esta y otras zonas de baño.

Este sistema está integrado en un equipo portátil que permite trasladarlo a cualquier lugar para la toma de muestras y realizar el análisis de las mismas in situ, obteniendo un resultado en alrededor de 30 minutos. Los procedimientos normales requieren llevar las muestras a un laboratorio y esperar al menos 48 horas, o incluso de hasta 15 días para bacterias como la legionela.

Así, es posible conocer el estado de cualquier zona de baño prácticamente en el momento, dando una mayor seguridad que los métodos tradicionales, que al ser más lentos pueden implicar que en ocasiones se tomen decisiones sobre el cierre de las playas en base a unas muestras que ya no se correspondan con el estado del agua.

La portabilidad del equipo favorece también que pueda almacenarse fácilmente en cualquier instalación, sin necesidad de contar con unas condiciones especiales, y además no se requiera una excesiva cualificación para poder realizar los análisis.

E. Coli, salmonella y listeria son algunas de las bacterias que permite detectar este sistema que ha sido desarrollado en la sala blanca del Instituto de Tecnología Nanofotónica, cuya renovación y ampliación ha sido financiada por los Fondos FEDER de la Unión Europea. Se trata de una instalación única en España por las condiciones de limpieza ambiental y el equipamiento de precisión para la nanofabricación de dispositivos fotónicos.

Los investigadores del centro han desarrollado unos microsensores que se integran en unos cartuchos con capacidad de detectar hasta 6 patógenos a la vez.  Mediante un equipo de hardware se leen los cambios producidos en la muestra a través de un láser y los coteja para detectar si las concentraciones son o no dañinas para la salud. No obstante, se trabaja ya en el instituto para detectar hasta 8 patógenos de forma simultánea.

Uso en la industria agroalimentaria

Esta tecnología se aplica igualmente en la industria agroalimentaria, donde las técnicas y procedimientos actuales implican también tiempos de espera de hasta 48 hora para obtener resultados y poder sacar el producto al mercado, lo que supone importantes costos de almacenamiento, logísticos y energéticos para los productores, así como una menor frescura de los alimentos que llegan a las personas consumidoras.

Se estima que el sector agroalimentario invierte más de 5.000 millones de euros en estas operaciones, con costes que en el caso de una analítica puede oscilar entre los 200 y 500 euros por test, mientras que el coste del sistema desarrollado por el Instituto de Tecnología Nanofotónica no supera los 20 euros por prueba, y en cada una de ellas se puede detectar varios patógenos a la vez. Se reduce hasta en un 96% el coste de la prueba.

Esta manera rápida y sencilla de detección de microorganismos facilita la reducción drástica de los costes, lo que mejorar la competitividad de las empresas, además de tener una implicación directa en la reducción de su huella de carbono al contar con una herramienta rápida para detectar la contaminación en alimentos y materias primas.

El hecho de que los alimentos puedan llegar antes al punto de venta amplia también su grado de frescura y reduce por lo tanto el desperdicio alimentario.

Asimismo, el análisis rápido permite establecer planes de control más rigurosos sin que suponga un aumento del coste, lo que favorece el abordaje previo de posibles brotes microbiológicos.

El Instituto de Tecnología Nanofotónica

El Centro de Tecnología Nanofotónica (NTC) de Valencia cuenta con casi 20 años de experiencia en la investigación para el control y manipulación de la luz a una escala muy pequeña. La tecnología que desarrolla ha sido considerada estratégica por la Comisión Europea para asegurar la competitividad y soberanía tecnológica de Europa y España, en el sector de la microelectrónica y semiconductores.

Se ubica en el campus de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Su instalación más singular es la Sala Limpia dedicada a la micro y nano fabricación de semiconductores, que forma parte del Mapa Español de Infraestructuras Científicas y Tecnológicas Singulares (ITCS) y recibe el apoyo de los Fondos FEDER de la UE, del gobierno de España y de la Generalitat Valenciana.

El Instituto desarrolla aplicaciones de la fotónica en diversas áreas. Principalmente para su aplicación en la industria de las telecomunicaciones, la alimentaria, veterinaria, la salud o en el control de contaminantes en el agua. Y su desarrollo ha llegado a emplearse hasta en el funcionamiento de satélites artificiales.