Josep Company, entre bastidores, nos muestra dos caras de las mujeres de Huit Teatre

El jueves 2 de marzo, a partir de las 18 horas, comienza la Semana de la Mujer en la Casa de Cultura con tres actividades organizadas por el Ayuntamiento de Puçol: las palabras de bienvenida de la alcaldesa Paz Carceller; la obra de Huit Teatre Elles volen comboi, dirigida por Aitor Caballer y Alba Bayarri; y la exposición de fotografía Entre bastidors, de Josep Company, precisamente con imágenes de las mujeres que forman Huit Teatre.

«Soy de pocas palabras. Prefiero que hable la obra». Y no habla más. Josep Company es así de sincero. Para conocerlo hay que buscar lo que transmite su obra, no sus palabras. Silencio, reflexión y trabajo continuado.

Lunes 27 de febrero. Después de dos años, Josep Company comienza a montar su exposición en la Casa de Cultura. Se inaugura el jueves 2 de marzo. En la soledad de la sala, con la única ayuda de un trípode a modo de «unidad de medida», ajusta la altura de cada marco. Se aleja. Mira. Medita. Se acerca, corrige la altura y la separación. Siguiente imagen.

Un trabajo en soledad. Lo ha sido casi desde el principio. Desde antes de la pandemia. Nació con una idea: fotografiar a las mujeres de Huit Teatre. Un grupo de mujeres que cada año prepara una obra para el 8 de marzo y otra para el 25 de noviembre. Dos fechas señaladas. No son jóvenes recién llegadas. Forman parte de esa minoría que colabora siempre. Una minoría concienciada.

María Dolores y Mihaela fueron las primeras en decir sí. En primavera de 2021. Durante la pandemia. Aitor Caballer se sumó a la idea. Crearon un grupo de WhatsApp y todos a organizarse. Por parejas o tríos, las mujeres acudían al pequeño estudio de Josep. Una luz, una silla y algunos reflectores. Todo pequeño, discreto, artesanal. Y así hasta noviembre de 2022, con las últimas fotos del grupo. Precisamente las de María Dolores, la cómplice inicial.

Mujeres concienciadas. Como Josep, que también forma parte de la minoría en el mundo de la fotografía: él realiza pruebas incluso para elegir el tipo de papel (satinado, naturalmente). Y tiempo para decidir el formato definitivo. Hoy el revelado digital es demasiado rutinario. Nadie presta atención al acabado, a los matices. Ya nadie tiene máquinas con líquido de revelado. Casi nadie. Una tienda en Valencia, con una máquina «a la antigua usanza» le ha permitido ajustar muchos matices en el revelado.

A la antigua usanza, quizá la expresión que mejor define a Josep. Suyas son la idea, la iluminación, las fotos, la enmarcación y la forma de presentarlas. Un artesano. Fiel a ese espíritu renacentista reñido con el estrés diario. Y también reñido con los grandes eventos, con el ruido y la furia. Y con la verborrea.

Meticuloso y exigente. Para trabajar prefiere la libertad que otorga la soledad, la tranquilidad, el trabajo bien hecho. Algo que ha valorado especialmente en todo el proceso.

Cuando propuso la exposición al Ayuntamiento, antes de la pandemia, le dijeron que adelante. Y en eso está: seguir adelante. Han sido dos años para conseguir dos fotos de cada una de las veinte modelos. Solo dos, aunque hizo muchas más.

Cuando realizó las fotos sabía que trabajaba con mujeres acostumbradas a subirse al escenario. Aunque no tanto a la fotografía de cerca. El autor quería que mostraran su manera de ser, su interior. Casi una radiografía. En blanco y negro, naturalmente.

Y cuando ha vigilado de cerca el revelado de cada imagen ha tenido que tomar decisiones, como el encuadre final o elegir las dos imágenes por cada una de las veinte protagonistas. Todas actrices de Huit Teatre. Dispuestas a confiar en su visión y en una única luz. Con algún reflector, para suavizar sombras. Las mujeres (casi) siempre quieren una luz más suave, menos dura, que favorezca el aspecto exterior.

En sus pupilas se refleja un único punto de luz. Josep lo tiene claro: de fotografiar el interior se ocupa él y quiere la máxima economía. Tenemos que concentrarnos en el rostro y en los ojos. Quizá habría elegido alguna foto más atrevida para exponer. Pero hay que evaluar las imágenes por separado y en conjunto. Primeros planos. Rostros. Apenas algún atrezo: sombreros, telas, pañuelos, incluso manos. Pero el rostro es el centro de la composición.

Y sin color. El color siempre distrae. Hay que asomarse al interior de cada modelo. Y para ese viaje, nada como el blanco y negro.

El jueves 2 de marzo, tras las palabras de la alcaldesa Paz Carceller y la obra de Huit Teatre Elles volen comboi, se inaugura la exposición Entre bastidors en el Espai d’Art de la Casa de Cultura. Gratis, naturalmente. Hasta entonces, en soledad, Josep sigue ajustando flecos. Como artista, siempre quiere corregir un último detalle.

Hoy continúa trabajando solo. A partir del 2 de marzo, a las 19.30 horas, la exposición no será solo suya. Será de todas las protagonistas y del público. El momento de que unas y otro evalúen el trabajo. Y decidan si estos dos años de trabajo han merecido la pena.

Josep Company tiene clara la respuesta: sí.