Rafael Torrens: “El Covid-19 ha sido un duro golpe para el pequeño comercio, otro confinamiento sería inasumible”

Entrevista al presidente de La Confederación del Comercio (Confecomerç CV), Rafael Torres

Pregunta: Han sido meses duros para el pequeño comercio, ¿qué perdidas ha sufrido el sector?

Respuesta: Cerca del 70% de los comercios de la Comunitat Valenciana han permanecido cerrados por el estado de alarma, por lo que en el período de confinamiento la mayoría de los establecimientos de comercio se han hecho cargo de todos los gastos corrientes, aparejados al negocio (alquiler, luz, agua…), sin percibir ingreso alguno. Esos ingresos, que se han dejado de percibir son irrecuperables ahora mismo, y una vez que se ha permitido la apertura comercial, tras la aprobación del Plan de Desescalada, primero con cita previa, y luego con limitaciones de aforo, nos hemos encontrado con un escenario de poca afluencia en los comercios.

Hasta la fase 1, la mayor parte de los comercios no calificaba las ventas como favorables, solo un 25% estaba satisfecho con el balance y básicamente la actividad se ha concentrado en sectores muy concretos, vinculados al equipamiento del hogar (bricolaje, ferretería, mueble…) e incluso moda infantil y zapaterías, por aquello del cambio de temporada y de poder dotar de equipamiento a los más pequeños. En la fase 2, hemos apreciado mayor dinamismo comercial en barrios y localidades, en detrimento de los centros de las ciudades, fundamentalmente por el tipo de perfil de cliente, que no ha frecuentado los principales enclaves urbanos, como son los trabajadores (por el teletrabajo y el desplazamiento a segundas residencias) y los turistas (por la ausencia de extranjeros).

Es por ello, que ahora que ya hemos superado la fase 3 y que incluso hemos dejado atrás el estado de alarma nos encontramos en una fase de vuelta a la normalidad en la que esperemos que se asienten los hábitos previos al estallido de la crisis. En este sentido, confiemos en recuperar el turismo, máxime cuando en la Comunitat Valenciana tenemos un gran número de puntos neurálgicos de gran acogida de visitantes extranjeros, que puede ser un incentivo para la reactivación del sector, si bien la recuperación pensamos que será lenta y complicada, por lo que consideramos necesario que, al igual que se ha realizado con otros sectores se dote al pequeño comercio de un plan sectorial que contenga una batería de medidas que permita dotar en esta nueva etapa de un impulso al comercio, teniendo en cuenta además que somos una gran locomotora de empleo estable y de calidad, siendo en estos momentos el tema de los puestos de trabajo una gran preocupación y una cuestión prioritaria en el marco de la reconstrucción económica.  

Ahora mismo, la facturación es muy inferior a la de hace un año y los negocios han tenido caídas del 75% que no van a poder recuperar. Además, hay que tener en cuenta que, con los datos de la segunda quincena de marzo, el comercio, el transporte y la hostelería se redujeron con más fuerza que en ningún otro país: un 71% frente al 22% de Alemania, el 44% de media de la Eurozona o el 61% en Italia, siendo además uno de los sectores que más trabajadores ha tenido en ERTES.

El comercio ha sido una de las ramas más perjudicadas de la economía, por lo que pensamos que sería de recibo que, en este período de recuperación, el pequeño comercio sea uno de los sectores en los que el gobierno ponga su máximo empeño y esfuerzo para favorecer esa reactivación económica, tan ansiada por todos, máxime cuando estamos ante un sector estratégico y vital en este nuevo impulso de nuestra economía.

El pequeño comercio cuenta en la Comunitat Valenciana con 61.616 comercios, 210.983 empleos directos, siendo una inyección directa al sistema de 4.410.388.632 € en sueldos y salarios, y 1.181.544.828 € en inversión en activos materiales. Es por tanto una fuente de riqueza fundamental para los municipios y una prioridad para la recuperación, de la que dependen miles de familias y trabajadores.

Necesitamos un plan sectorial del comercio minorista, que encauce y pueda dar oxígeno y viabilidad a todas nuestras pymes, micropymes y autónomos, que promueva la actividad comercial, una de las principales arterias de nuestra economía, no sólo por la dimensión y el empleo que genera sino también porque estamos ante un sector en continua transformación, siendo sus principales cualidades su carácter social y de vertebración del territorio, lo que le hace imprescindible, siendo un motor necesario para el impulso económico de los municipios.

 

Pregunta: ¿Se han sentido respaldados por las administraciones? ¿O esperaban más ayudas?

Respuesta: Consideramos que durante el estallido de la crisis se han potenciado en mayor medida ayudas a las que se han acogido principalmente las grandes empresas, con el tema de los ICO y con los avales IVF, para dotar de liquidez empresarial, y que en estas líneas las pymes, micropymes y autónomos nos hemos quedado en cierto modo más desprotegidos. Es por ello que ahora que debemos entre todos afrontar la reconstrucción se debería prestar atención a todos aquellos pequeños comercios, que deben remontar su actividad y que se encuentran ante un entorno en el que el consumo ha quedado dañado y debilitado, con una previsión poco favorable. En este sentido, los gobiernos, incluidos los ayuntamientos deben ser quienes impulsen y ayuden a reactivar el comercio de proximidad, aprovechando los remanentes de obras que han quedado pendientes de ejecución o que no se vayan a realizar, al tiempo que promuevan exoneraciones de impuestos y lleven acciones para un mayor incentivo comercial, como puede ser el impulso de iniciativas como bonos canjeables en el pequeño comercio. Asimismo, como he mencionado anteriormente convendría aprobar una hoja de ruta con medidas específicas propias y concretas del sector que puedan paliar el grave impacto que ha producido esta pandemia y nadie mejor que las organizaciones para servir de principales interlocutores y para ponerlas en marcha sirviendo de palanca de activación para los comercios afectados.

Ya inmersos en la nueva normalidad, ¿qué sensaciones tiene el pequeño comercio?

En el sector apreciamos que la nueva normalidad, al menos en el inicio va a estar marcada por las directrices trasladadas por las autoridades sanitarias de distanciamiento entre personas, uso de mascarillas, geles higienizantes, mayor uso de medios de pago electrónicos, etc. Debemos por tanto dar naturalidad a todas estas pautas, que más adelante se verán como algo rutinario, pero a las que no estábamos acostumbrados antes de que emergiera este virus.

Destacar la excelente labor que ha realizado el pequeño comercio que, en relativamente poco tiempo ha adaptado completamente sus establecimientos para cumplir estrictamente con los protocolos sanitarios y de seguridad, por lo que ha sido todo un ejemplo en cuanto a disponibilidad de cuantos medios hayan sido necesarios para preservar y garantizar la plena tranquilidad en el momento de la compra a los clientes.

Pensamos que el pequeño comercio tiene septiembre como mes clave, como punto de inflexión, para dotar de un poco de oxígeno al sector, siendo este período de julio y agosto de altibajos, debido en parte a que no se sabe cómo será el turismo y al poco margen de período de normalidad, tras la conclusión el pasado 21 de junio del estado de alarma. Por lo que respecta a la recuperación va a ser un camino difícil, viendo además las previsiones que plantea el FMI para nuestro país, por lo que se hace necesario abordar cuanto antes medidas de contingencia, o de lo contrario estaremos hablando y nos veremos abocados a cierres inminentes de comercios del orden del 20% del tejido empresarial. El pequeño comercio empezaba a salir de la anterior crisis cuando ha emergido esta pandemia que se lo ha llevado por delante, por lo que urge tomar cartas en el asunto y afrontar esta nueva realidad con políticas activas, con planes de choque que permitan revitalizar y dotar de medios competitivos para un sector gravemente castigado que supone el sustento de miles y miles de familias.

 

Pregunta: Tras el COVID-19 ¿Hacia dónde camina ahora el pequeño comercio?

Respuesta: El pequeño comercio es un sector resiliente y pensamos que saldremos adelante tras esta pandemia, si bien hay que aprender de toda crisis. En este sentido, debemos realizar un esfuerzo para superar este bache, reponernos y poner de relieve toda nuestra fortaleza, nuestra capacidad de esfuerzo como sector estratégico, como sector fundamental de la economía, siendo el comercio esencial y vital durante esta pandemia, poniendo al servicio de colectivos vulnerables como las personas mayores la cesta de la compra, atendiendo por whasap, correo electrónico a todos los pedidos para poder alcanzar y poder abastecer a la población. Asimismo, hemos comprobado en esta crisis como unos entornos urbanos se han quedado desiertos, vacíos, sin vida en este confinamiento, y sin quererlo hemos apreciado y aprendido lo importante que es poder tener un tejido comercial cerca, a la mano, y lo esencial que es para la riqueza de una población, para una ciudad el comercio de proximidad. También hemos detectado lo efímero que es todo y lo que un virus tan invisible puede llevarse por delante: todo un negocio de toda una vida. Por ello, debemos reflexionar y plantearnos, ahora todavía más si cabe, el tipo de ciudad que queremos, el tipo de comercio singular y autóctono que representamos, cuál es la mejor forma de comprar, la más saludable, la más sostenible y el papel fundamental de nuestros comercios en un momento tan decisivo como este.

 

Pregunta: La digitalización será crucial para poder adaptase a los nuevos tiempos, exactamente ¿qué necesita el pequeño comercio para ser competitivo en estos tiempos de nueva normalidad?

Respuesta: El pequeño comercio necesita una apuesta y una estrategia global en materia de digitalización. Pensamos que debemos de encaminarnos hacia la omnicanalidad y utilizar todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para ponerlo a disposición de la tienda física, nuestro buque insignia, y acorde con el modelo emergente de consumidor. En este sentido, el pequeño comercio es heterogéneo y necesita de acciones, que satisfagan a sus necesidades que se sitúen en diferentes niveles, y que sea una actuación más allá de la formación.

El pequeño comercio requiere de instrumentos específicos, que permitan enriquecer el punto de venta físico. Solo así seremos capaces de dotarles de los medios necesarios para poder avanzar y crecer potencialmente. Por tanto, sería conveniente trazar unas líneas de acción, en las que se plasme de manera pragmática la realidad y necesidades actuales y las directrices a seguir.

Desde la Confederación ya venimos realizando desde hace dos años una labor de ayuda y acompañamiento en el proceso de digitalización a nuestros comercios asociados y poniendo al servicio de los puntos de venta una atención y asesoramiento especializado por parte de un experto, conocedor en materia digital que realiza un estudio y en función de éste ofrece las soluciones y medidas necesarias a implantar, para ayudar en el avance e incorporación de los soportes y canales que puedan servir de palanca e impulsar particularmente a cada comercio la comercialización, promoción y difusión de los productos y/o servicios. Somos por tanto conocedores de los requerimientos del sector y de las líneas a trazar para dotar de un impulso en materia de incorporación de nuevas tecnologías al pequeño comercio.

 

Pregunta:Los próximos meses son una incertidumbre donde se habla de un posible rebrote en invierno ¿podría el comercio soportar de nuevo esa situación?

Respuesta: La incertidumbre es el gran enemigo del pequeño comercio. Expertos apuntan a un posible rebrote, si bien pensamos que nuestra economía no lo podría soportar. Por ello, debemos ser consecuentes, responsables y adoptar todas las medidas oportunas para que ello no ocurra hasta que se encuentre un antídoto, una vacuna. El Covid-19 ha sido un duro golpe para el pequeño comercio y pensamos que otro confinamiento sería inasumible para el sector, que ha sido duramente castigado en esta crisis, en la que ahora mismo la máxima prioridad es mantener controlada la pandemia y que no se vuelva a reproducir, mientras las empresas y la economía se reconstruyen, tras este tsunami que ha provocado graves pérdidas y que ha echado a perder toda la recuperación que habíamos alcanzado desde la última crisis.