Su primera falla convierte a la creadora de la enorme teta del «Ay, mamá» en un gran ninot

La diseñadora Marina Salazar, creadora de la icónica teta para la canción de «Ay, mamá» de Rigoberta Bandini en el Benidorm Fest de 2022 será en estas sus primeras Fallas un ninot de seis metros de alto, un hada madrina que moderniza con su varita-pincel figuras grecorromanas.

Con motivo de su primera experiencia en un monumento fallero, la catalana cuenta a EFE que ha trabajado junto al conocido artista fallero Raúl Martínez «Chuky» para realizar la falla de la comisión Cronista Vicente Beguer de Torrent (Valencia) que, con el título de ‘Exculturas’ e imitando a la película ‘Noche en el museo’, enseña cómo se revoluciona esculturas clásicas como el David o Eros y Psique a «golpe de pincel, color y magia».

Un arte que conecta con la esencia fallera

Salazar, experta en jaquear figuras de tamaño pequeño y darles «una segunda vida, con crítica social a través del color, el humor y la iconografía», comenta que ha trabajado con Chuky en otros proyectos como el Salón Erótico de Barcelona y él fue quien le instó a hacer una falla: «Eres una catalana haciendo fallas en miniatura», asegura que le dijo.

«Mi arte conecta con la estética y el concepto fallero», relata para explicar que la falla de Torrent «quiere crear cosas más allá de lo clásico y ser original» y esa filosofía cuadra con su trabajo.

En el monumento «llega la noche y les pasan cosas a las esculturas»: el David de Miguel Ángel «de repente lleva tacones y tanga y se va a una manifestación»; Eros y Psique, en vez de darse un beso, «miran el móvil y se escriben con otros Tinders», y a la Venus de Milo «le salen multitud de brazos robóticos, como una diosa hindú que refleja la inteligencia artificial haciendo una peineta a los humanos».

También se puede ver la figura del Pensador de Rodin como una mujer o el ninot del desconsuelo, «una chica llorando con el traje de Superwoman y un móvil en la mano, con la idea de que si no hay aceptación digital, no te sientes nadie», o el héroe torrentí que antaño repartía escobas «reconvertido a rider» con su gran mochila.

La tiranía de las redes sociales con la importancia de los ‘like’ (me gusta), las relaciones por internet, el culto al cuerpo o la diversidad de géneros son algunas de las críticas de este monumento.

Un busto realista de 6 metros como remate

«Cada pieza habla de una temática y modernizamos los clásicos para hacer crítica social», explica Marina Salazar, que resalta que un busto realista suyo de seis metros de alto coronará la falla, mostrando cómo con un pincel «hackea» un Neptuno como un hada madrina con su varita mágica.

En la falla también habrá una peana sin ninot pero con un cartel para representar la escultura invisible, una homenaje al proyecto social que desarrolló con la comisión y que acabó con una subasta benéfica con la que recaudaron 2.500 euros para la Fundación Invisibles, que ayuda a las personas sintecho.

Ademas, confirma que en la falla «habrá una teta porque es ya un icono» de su trabajo, y el monumento tendrá neones, luces, sonido y un rayo láser. «Hacer una falla es un sueño cumplido» y es «lo más loco» que ha hecho, confiesa.

Chuky: del beso lésbico a una falla con mucho humor

El artista fallero Chuky, conocido internacionalmente desde 2021 por haber convertido en remate de una falla el beso lésbico de dos falleras en una imagen que, en llamas, se volvió icónica, señala a EFE que tras una «tormenta de ideas» inicial, Marina y él han llevado a cabo «un proceso creativo como trabaja ella: coger una figura ya creada e intervenirla y transformarla».

«Hemos recreado figuras clásicas y las hemos ido cambiando y ajustando para construirlas según el diseño que ella hacía», relata para recordar que la empresa Entresd, con la que trabaja habitualmente, ha sido la encargada del escaneo digital de Marina para hacer su busto como remate de la falla.

Según Chuky, el monumento «tiene la esencia fallera con una estética diferente; es crítica, divertida y satírica y usa mucho el humor. Es un museo que toma vida por la noche y las estatuas se vuelve locas y usan las nuevas tecnologías». EFE