Quart de Poblet recoge las propuestas de las familias con hijos con diversidad funcional para garantizar su inclusión

La inclusión plena y la normalización en todos los ámbitos de los menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y otras diversidades funcionales es el gran objetivo para familias que tienen hijos e hijos con estas afecciones. Para ello, la Concejalía de Educación junto con Servicios Sociales han organizado una jornada especial de encuentro entre profesionales, asociaciones, familias y áreas municipales para poner sobre la mesa el día a día de los niños y adolescentes con TEA y TDAH y sus necesidades en todos los ámbitos, las soluciones que ya se están implementando en centros escolares y recoger nuevas propuestas. El encuentro generó un interesante y enriquecedor debate en el que se implicaron los y las participantes y las familias presentes. Con todo, se persigue que Quart de Poblet sea un municipio totalmente inclusivo y sin etiquetas.

 

Inma Arteche, profesora de Pedagogía Terapéutica del colegio San Onofre, destacó la labor del centro, donde se ha implantado un sistema inclusivo con aprendizaje significativo y se realizan actividades para todos y todas, sin distinciones. La particularidad es que cada escolar puede participar en la medida que pueda. Por ejemplo, si hay que contar un cuento, puede omitir el uso del lenguaje y utilizar pictogramas o dibujos.

 

Sin duda, el testimonio más significativo y emocional fue el de Marina Conesa, una joven con autismo que se prepara para ser entrenadora personal y perteneciente a la Fundación Mira’m, de ayuda a personas con Transtorno del Espectro del Autismo. Conesa reveló que fue diagnosticada con 20 años casi por casualidad después de pasar por diversos especialistas. Por esta razón, acumuló frustración, con un nivel de autoconfianza muy bajo, sumado al bullyng sufrido durante sus estudios. «En la ESO noté que era diferente», lo que le generó «dificultades de integración y no entender qué estaba pasando si estaba haciendo las cosas según me decían», explicó. Incluso en Bachiller, la etapa más dura en cuanto acoso, los profesores le dijeron que no cursara Ciencias. Todo ello le ocasionó depresión y ansiedad que, según destacó desde APNADAH (Asociación de Padres para Niños y Adolescentes con Déficit de Atención e Hiperactividad) Lola Pérez, dificulta el diagnóstico en la edad adulta, ya que estos síntomas son generados por la incomprensión que se sufre.

 

Actualmente, Marina trabaja, se siente valorada y aspira a llevar una «vida totalmente independiente». Y es que las personas con diversidad funcional consiguen logros cotidianos como viajar en metro solas o comprar entradas para el teatro, tal y como resaltó Manoli García, presidenta de AFACO, Asociación de familias de personas con diversidad funcional psíquica.

 

Desde Servicios Sociales, la trabajadora social en Atención Primaria Rosella Férriz incidió en el trabajo diario para afianzar un sistema de apoyo «para estar al lado de la gente» y desde Educación, la técnica de Educación Lourdes Alapont destacó iniciativas como la Escuela de Familias, «que está abierta a propuestas», y la importancia del tejido asociativo para unir a personas con intereses comunes y presentar formalmente a la administración propuestas para sacarlas adelante.

 

En la jornada también participaron Susana Aldazosa, orientadora del colegio Molí d’Animeta; Manuel Martín, de la Fundación MIRA’M; Mª Dolores Molina, vicepresidenta de APNADAH; y Rocío Morant y Alicia Gabaldón, psicólogas de Atención Primaria de Servicios Sociales.